Hanoi es la capital de Vietnam. Tiene un tamaño parecido a Ho Chi Minh City/Saigón, pero un aire más tradicional porque ha servido de capital política de Vietnam durante alrededor de 1000 años. La capital se trasladó a la pequeña ciudad de Hue, en el centro del país, desde comienzos del siglo XIX hasta la desaparición de la monarquía a mediados del siglo XX, pero Hanoi siguió siendo la capital colonial de la Indochina Francesa. La influencia colonial está presente en muchos edificios oficiales del centro y en algunos barrios residenciales.
En todo caso el follón en las calles es comparable al de Saigón. Es de lo más entretenido pasear por la calle, aunque no precisamente tranquilo, sobre todo cuando tienes que ir por la calzada porque las aceras están llenas de motos, o tienes que cruzar la calle. Hay algún semáforo, pero en general no es muy distinto que cruzar por cualquier sitio.
Llegamos de Ha Long hacia primera hora de la tarde. Decidimos no hacer nada y quedarnos en el hotel, un edificio nuevo en una bulliciosa calle que antes era conocida como la calle de la seda. Algo de estudio y preparación del viaje. Cenamos en el hotel y a la cama.
Al día siguiente nos vinieron a recoger a las 8:30 para ir a ver Hanoi. El ritmo de tour no podía parar. Nos pusieron un guía que hablaba muy bien castellano, un chico joven muy majo que se llamaba Hung, pero se hacía llamar Juanito. El nombre español se lo pusieron en Cuba, donde estuvo 7 años estudiando, me imagino por el parecido entre Hung y Juan… De verdad que es muy raro escuchar a un vietnamita con acento cubano.
Lo primero que fuimos a ver fue el Mausoleo de Ho Chi Minh. Típica arquitectura comunista. El mausoleo cierra los viernes, por lo que no pudimos entrar a ver el cuerpo embalsamado del héroe nacional. Yo casi lo agradecí. Juanito nos contó que en su testamento Ho Chi Minh pidió ser incinerado y que sus cenizas se repartiesen por tres zonas de Vietnam. Sin embargo, en el año 69 los líderes comunistas pensaron que era mucho mejor idea traer unos expertos rusos para embalsamarlo como su amigo Lenin, y de esa forma conservar más viva la adoración del pueblo a su héroe. Qué sería de estos regímenes si no tuvieran mitos cuya memoria los líderes de turno pudiesen invocar de vez en cuando. Por cierto que cada par de años tienen que mandar la momia a Moscú para mantenimiento. De paso quizá quede con el camarada Lenin, de momia a momia.
Estos son edificios oficiales de la época de la colonia.
Y aquí es donde vivía el Gobernador francés de Indochina. Ahora es el Palacio de la Presidencia.
Al lado está la vivienda de Ho Chi Minh. Hay una vivienda convencional que utilizó durante unos pocos años, con fotos de Marx y Lenin presidiendo.
Después, como era una persona muy modesta y cercana al pueblo (Juanito dixit) se hizo construir una vivienda vietnamita tradicional. Es pequeña y sencilla, pero muy bonita y elegante. Hay un búnker antibombardeos construido justo al lado.
Delante hay un estanque con unos peces de colores gordísimos, pero lo que más nos llamó la atención es un árbol que tiene unas raíces aéreas que salen de la tierra.
Terminamos la visita en unos puestos donde vendían todo tipo de souvenirs sobre Ho Chi Minh y otros sobre cultura y tradiciones vietnamitas. En uno de estos había una mujer tocando un extraño instrumento.
Después fuimos a visitar una pagoda muy famosa, de un solo pilar, y un templo que hay al lado. Había muchas mujeres orando, leyendo unos textos con un monje y había mesas preparadas con comida. Primero alimentan el alma y luego el cuerpo.
Después nos llevaron a ver el Museo de Etnología de Vietnam. La etnia mayoritaria es la que usa el típico gorro cónico, pero hay 53 etnias más. Donde más variedad hay es en las montañas, en la zona fronteriza con Laos y Camboya. El museo no es muy grande pero está muy bien, es muy bonito e interesante. Tiene mucha información sobre las características y costumbres de todas las etnias. Lo que me llamó la atención y me parece muy cutre es que han puesto el certificado de Tripadvisor en la puerta, como si fuera un restaurante. Aunque tenga 4,5 puntos de 5, ¡esto no es de recibo para un museo oficial! Imagínate el Louvre o el Prado con el certificado de Tripadvisor enmarcado en la puerta.
Terminamos en el Museo y otra vez al coche para ir al Templo de la Literatura. Son una serie de templos, construcciones y jardines donde se fundó la primera universidad de Vietnam. En el siglo XI se dedicaba a la educación de los hijos de los emperadores. Parece ser que a partir del siglo XIII se abrió a más gente como Universidad. Curiosamente coinciden las fechas con la fundación de las universidades europeas. Algunos de los edificios fueron destruidos por los bombardeos americanos en la guerra y han sido reconstruidos.
Los jardines son muy bonitos. Tienen figuras de animales hechas con setos y también letras chinas hechas con flores.
Después de la puerta de entrada y el jardín hay otra puerta de madera con pilares de piedra que es el símbolo de Hanoi.
Detrás hay una zona en la que hay un estanque y rodeándolo estelas de piedra con los nombres de la gente que se doctoró, desde el siglo XV al siglo XVIII. La base de las estelas son tortugas de piedra.
Luego hay un patio bastante grande con más edificios. Son templos y tienen figuras de emperadores y también del fundador de la universidad.
Viendo todo esto te das cuenta de la enorme influencia que ha tenido China en Asia (y la sigue teniendo). De hecho estuvieron como 1000 años aquí en Vietnam, o sea que algo dejarían. Todo parece y suena bastante a chino.
Eran como las 12 y media cuando salimos del Templo de la Literatura y nos llevaron a comer. El tour turístico lo que tiene es que el tiempo te da para mucho, es muy intenso. Intenso como el menú que nos pusieron en un bonito restaurante en una casa colonial:
(1. Sopa de verduras; 2. Ensalada de flor de banano con carne de vacuno; 3. Berenjena frita rellena de carne; 4. Pollo a la brasa con salsa a la pimienta; 5. Gambas fritas con maíz baby; 6. Col verde frita con champiñones; 7. Pescado guisado en olla de barro; 8. Arroz en blanco con leche de coco; 9. Fruta fresca de temporada y té vietnamita)
La comida buenísima pero es imposible comerse los 9 platos.
Una hora para comer y allá vamos de nuevo al coche. Nos llevaron al lado de la zona antigua donde nos montamos en unos “cyclos”, bicicletas que tienen un asiento para llevar a una persona. Esto es un turisteo criminal pero la verdad es que es una buena manera de recorrer el caso antiguo en 50 minutos, si no tienes mucho tiempo. Va despacito y te da tiempo a fijarte en los millones de cosas que pasan a tu alrededor. El centro histórico es bastante turístico pero tiene mucho sabor, color y olor.
Esto es el edificio colonial de la ópera.
Me encantan los bares en las aceras con esas sillas/mesas minúsculas, donde todos se sientan muy juntitos.
Deportes en la calle: bádminton, la flecha esa de plástico para darle patadas con los pies y, por supuesto, fútbol.
En Hanoi las escenas cotidianas tienen mucho colorido.
Montan restaurantes en sitios minúsculos, a veces sin local, directamente en la acera, como el que se ve en la última foto de este último montaje lavando los platos.
Otra cosa que llama la atención son los contrastes en un país ¿comunista?
El “cyclo” nos dejó en el teatro de marionetas sobre agua que hay a la orilla del Lago en el centro de Hanoi. No estaba previsto pero había una función a los 15 minutos y entramos. Nos habían dicho que merecía la pena. La verdad es que es bonito de ver, aunque a mi me dejó bastante frío. A Mónica y a los niños les encantó. Las marionetas están encima de una piscina y las manejan por debajo del agua. Me imagino que se lo debieron inventar en los campos de arroz.
Cuando salimos Juanito nos estaba esperando y nos acompañó al hotel andando.
Camino al hotel hay un montón de tiendas de ropa tradicional. Carmen se probó algunos vestidos y se compró uno.
Estaba guapísima y se lo puso para cenar (lástima que no le hicimos una foto).
La calle de nuestro hotel, muy animada.
Y en la cena se nos unió nuestro amigo Antonio (http://www.elcocinerodelpazo.com), que estaba en uno de sus fantásticos viajes gastronómicos por el mundo y coincidió que había llegado a Hanoi desde la India ese mismo día. Encima de casualidad su hotel estaba a 40 metros del nuestro en la misma acera. Qué gracia esto de “quedamos en Hanoi”. Fuimos a cenar a un sitio que nos recomendaron en el hotel, fusión francés-vietnamita. El sitio muy bonito, la comida estuvo bien, no para tirar cohetes pero muy original y los platos muy bonitos presentados.
Nos tomamos una copa después de cenar en el hotel. Antonio aún estaba recuperándose de una gastroenteritis salvaje que había tenido un par de días antes en Benarés. Los detalles de su viaje en su blog, os lo recomiendo. A la mañana siguiente nosotros salíamos a otra excursión a las 8, esta vez fuera de Hanoi. O sea que nos fuimos todos pronto a la cama, y quedamos para el día siguiente.
A la mañana siguiente a las 8 estaba Juanito en el hotel para recogernos. Estaba previsto una visita al Parque Natural de Ba Vi y a la aldea de Duong Lam. La verdad es que la excursión nos decepcionó bastante. Parece ser que el parque natural tiene unas vistas bonitas sobre un lago pero en esta época del año no ves nada por la niebla y las nubes que están instaladas permanentemente en el norte de Vietnam. Dimos un paseíto pero nada más. Después fuimos al pueblo de Duong Lam. Es un pueblo bonito, tiene un templo en el centro, casas tradicionales y escenas agrícolas pintorescas. Comimos allí en una casa de una familia y después cogimos unas bicis y nos fuimos a visitar unos templos y el mausoleo de un emperador vietnamita. Esta parte estuvo bien, pero hubiésemos hecho mejor en quedarnos en Hanoi. El tour turístico es así, te venden a veces cosas como interesantes que luego te decepcionan.
Juanito nos explicó que este cuadro pintado en la pared sirve como guía para los agricultores. Indica cuando plantar, recoger, etc para distintos cultivos.
El templo en el centro del pueblo.
Allí nos encontramos a esta especie de Fu Manchú con bata rosa y gafas a lo Versace. No sé ni quién era, ni qué hacía allí ni qué quería, pero Juanito le dio largas. Carmen no lo quería ni mirar.
Visitamos este templo y luego otro en el pueblo. Son bonitos. Mucho dragón, mucho dorado, estética muy china.
Escenas del pueblo: la peluquería, la farmacia y el supermercado (con las motos aparcadas dentro ¿?).
Fuimos a visitar una casa antigua que tenía en el patio unas vasijas grandes de barro donde se hacía la salsa de pescado, el mismo proceso que habíamos visto en Phu Quoc pero en pequeño. Había unos novios haciéndose las fotos. Aquí se hacen las fotos unos días antes de casarse. Se visten, quedan y se hacen todas las fotos. El día de la boda ya no tienen que posar. En una pared había unas letras chinas que me llamaron la atención. No sé lo que pone pero las letras son bien bonitas.
Nos llevaron a comer a una casa muy antigua, que se mantiene de forma tradicional. La tiene la misma familia desde hace 16 generaciones. Primero nos dieron un té con unos dulces delante del templo que tienen en casa donde veneran a sus antepasados, una costumbre muy arraigada. Les ofrecen cosas y dinero que le ponen allí delante.
Luego nos dieron de comer en un patio agradable.
Después de comer cogimos las bicis y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo y los alrededores.
Visitamos más templos. En uno había una especie de horno donde queman cosas de papel para pasárselas a los antepasados muertos: dinero de papel, casas, etc. E incienso, mucho incienso. También mucha figura de Buda rodeado y de dioses buenos y malos. La gente estaba allí rezando y dejaba cosas de comer y dinero (éste sí de verdad).
El que más nos gustó fue el Buda feliz. Esto tiene bastante gracia. Yo la verdad no recuerdo ninguna figura de santo riéndose.
Los niños tienen mucho éxito en Asia. Les hace mucha gracia que sean gemelos. En este templo una señora los cogió y los abrazó espontáneamente.
Y no nos dio para más.
Volvimos al coche y rumbo a Hanoi donde habíamos quedado con Antonio para cenar, esta vez sí en un restaurante auténticamente vietnamita. Es un sitio muy simpático porque tiene un montón de puestos como si fueran de la calle donde les ves cocinar, pero en plan más limpito que fuera. El ambiente era una mezcla de locales y turistas. La comida muy rica. Esta foto nos la hizo Antonio. Te sientas en mesas grandes con los de al lado.
Se acababa nuestro periplo por el sudeste asiático. Al día siguiente nos íbamos a Hong Kong para una breve escala antes de volar a Tokyo.
Jorge
3 Responses to “Vietnam. Hanoi”
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Maravilloso Vietnam. Me ha encantado, un descubrimiento. Genial la cenita con Antonio. Él también la ha publicado en su blog.
Niños, creo que cuando os volvamos a ver os reconoceremos por las gafas, por que estais enormes.
besos
Hola familia!! Qué tal estáis?? Por las fotos se os ve
Guapísimos y a los niños muy mayores .
Es súper interesante lo que escribís y las fotos preciosas
, casi me creo q estoy con vosotros de viaje …
Es que yo creo que al difunto lo incineraron y después hicieron uno de plástico entre amarillo y rosa que es el que ves