Solo estuvimos día y medio pero nos dio para mucho. Nos sorprendió lo moderna y bonita que está la ciudad, no la recordábamos así (han pasado 13 años desde que estuvimos aquí).
Como ya escribimos en este blog, en Copacabana (Bolivia) conocimos a un grupo de chilenos de Santiago, que nos dieron recomendaciones para Chile y con los que nos estuvimos escribiendo todo este mes. Quedamos aquí con Ana Mª y Alberto.
Vinieron a buscarnos al hotel por la mañana y nos llevaron a dar una vuelta por Santiago. Hoy era festivo, día de difuntos, y además hacen puente así que la ciudad estaba un poco vacía. Primero fuimos a tomar un café a la plaza de Perú, al lado de nuestro hotel, que está en la nueva zona de oficinas. Después fuimos hasta el centro, pasamos por el Museo de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, la catedral, y finalmente la Casa de la Moneda, donde trabaja el Presidente, pero no donde vive, ya que el presidente de Chile no tiene residencia oficial. En el poco tiempo que tuvimos nos enseñaron muchas cosas y también nos dieron buenas recomendaciones para Isla de Pascua adonde volábamos al día siguiente. A la una nos llevaron de vuelta al hotel.
Nada más llegar ya estaba Julio esperándonos. Julio es hermano de Juan Pablo (vamos a pasar con él y Cristina las fiestas de Navidad), y vive en Santiago desde hace muchos años con su mujer Nuria. Fueron muy simpáticos y nos invitaron a comer en su casa. Habían organizado un asado con un grupo de amigos de varias nacionalidades, españoles, costarricense, colombiana y sudafricanos. Como el mundo es muy pequeño, coincidió que uno de los españoles (Roberto) y yo estudiamos en la misma universidad, la misma carrera con un año de diferencia y tenemos una amiga en común. Fue una comida muy divertida y muy rica. Los niños jugaron con otros niños y los mayores estuvimos con otros mayores, lo que nos hacía falta a todos. A media tarde nos llevaron al hotel, al rato fuimos a cenar y a la cama.
En la foto Alejandro y Yago de charleta después de una pachanga de fútbol. El balón obra milagros, al verlo Yago se recuperó mejor que con un mes de fisioterapia.
A la mañana siguiente fuimos pronto al aeropuerto. Fuimos pronto por la mañana, pero tarde para el embarque. ¿Y qué ocurre cuando vas tarde? Que la cola es enorme y cuando llega tu turno hay un problema con tus billetes. Aparentemente habían cancelado nuestra reserva. Menos mal que nos atendió una azafata muy amable que solucionó el problema, y menos mal que el vuelo no iba lleno porque nos habríamos quedado en tierra. Después de 5h30 llegamos a la Isla de Pascua, nuestro último destino en América. No sé si geográficamente está en América u Oceanía, pero es un buen tránsito en nuestro viaje hacia otro continente.
Mónica
One Response to “Santiago de Chile, solo de paso”
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Me impresiona la capacidad que tenéis para conocer gente por el mundo adelante y que os inviten a comer, también es alucinante lo de “el mundo es un pañuelo” parece increíble que tan lejos encontréis gente que conoce a alguien que tu conoces.
Besos grandes