Oct 312012
 

Llegamos a Punta Arenas con los ánimos calentitos, la convivencia a veces es un poco dura. Estamos 24 horas al día, 7 días a la semana juntos así que inevitablemente hay momentos tensos. Poneros a estudiar, espera dos minutos, deja el ipad, espera a que acabe este vídeo (y ve 5 vídeos más), recoger vuestras cosas, ducharos que nos tenemos que ir a desayunar, come bien, pórtate bien…Pero también me pongo en el lado de los niños tener 24 horas a tus padres dándote la matraca debe de ser insufrible. Ya está mamá con el después de la excursión, una horita de estudio (y me fastidia la excursión), cuando estoy cansado y me he metido en la cama papá pregunta “¿ya te has lavado los dientes?. Cuando chateo con mis amigos tiene que venir mamá “¿ya estás con eso?, en dos minutos lo dejas que nos vamos (si claro que lo voy a dejar para ver el museo) si mamá en dos minutos. A veces necesitaríamos darnos vacaciones unos de otros, pero no es posible.

Teníamos mucha curiosidad con el hotel de Punta Arenas. Jorge encontró un sitio estupendo por Internet, Hotel Ilaia, naturaleza y yoga. Los correos que nos mandaron eran fantásticos, “os esperamos con amor” y en ese plan. Veníamos convencidos de que aquí íbamos a estar más cool y así fue. Yo llegaba del viaje echando humo por la cabeza, saturada y enfadada con los niños. Al llegar al hotel pedí ir al baño y lo primero que veo reflejado en el espejo es una frase “Elijo sonreir”. No obró milagros, pero decidí cambiar el chip e intentar sonreír.

Yago seguía con dolor en el pie. Al final conseguí contactar con el seguro y me dieron la dirección del hospital. Nos fuimos Yago y yo. Lo pusieron en una silla de ruedas. En 10 minutos lo pasaron  al médico que le echó un vistazo y diagnosticó una torcedura pero nada roto. Con tres días de reposo y un vendaje es suficiente. Nos volvimos muy contentos al hotel. Hacía una noche de perros, así que fuimos en taxi al centro a cenar. Yo pedí el plato típico, chupe de centolla, muy bueno.

 

Lunes 29 de octubre de 2012

Normalmente levanto a los niños, les persigo e insisto hasta que están duchados y vestidos y bajamos a desayunar. Hoy decido despertarlos, decirle a la hora que voy a ir a desayunar. No insisto, no persigo, no me enfado y a la hora me voy a desayunar. A las 9 estoy bajando y milagrosamente en 5 minutos aparecen todos, sin duchar pero aparecen. Es un primer paso.

En el comedor nos esperaba Lis con mucha alegría. Nos sirvió el desayuno. En este hotel van por delante de nuestras necesidades.

La mañana la dedicamos a estudiar, poner al día el blog, preparativos del viaje  y papeleos. Fuimos a comer a un japonés, que después de tanta carne y pasta nos supo a gloria. Por la tarde Jorge volvió con los niños al hotel y yo me fui a hacer unos recados por el centro. Punta Arenas es una ciudad agradable pero con un clima muy duro, hace mucho frío y viento. Nos contaron que en una esquina de la  plaza de Armas los días de viento fuerte ponen unas sogas para que la gente se agarre porque sino el viento te lleva.

Veníamos con la idea de que en el hotel haríamos yoga.  No era posible en los días que nosotros estábamos pero nos buscaron a una persona especialista en niños. Quedamos con Miriam ese día por la tarde. Allá nos fuimos los niños y yo a nuestra primara sesión (Jorge dice que lo probará en otra vida). Hicimos ejercicios de respiración, estiramientos y relajación. Noté que me vino bien después de los últimos viajes, comidas… Cada uno salió con una idea. A mi me gustó pero me dolía el cuerpo. Los niños más escépticos, les gustó probar pero no los veo pidiéndome ir al yoga en lugar de al fútbol. Carmen bien pero no entusiasmada.

Martes 30 octubre

En Ilaia van por delante de tus necesidades. Estábamos pensando en que a Yago le vendrían bien unas muletas y ellas ya las estaban buscando. Después del desayuno, llegaron unas flamantes muletas y Yago pudo empezar a moverse sin dar saltos locos a la pata coja o a caballito de sus padres.

Mientras desayunamos estuvimos de charleta con Lis. Nos estuvo hablando sobre el hotel e historias que les han pasado. Ha dejado el yoga porque no le da mucho tiempo, ahora solo hace yoga de la risa. Lo debe hacer muy bien porque está todo el día riendo. Nos propone hacer una pequeña demostración después de desayunar. Así que nos juntamos con ella y Juanita (que está en la recepción) y Jorge se escabulle. Nos ponemos en círculo los 6 y empieza a hacer ejercicios para reírnos, de distintas maneras, de distintas cosas, en distintas posturas. Lis se ríe muchísimo y de manera contagiosa. Los niños están un poco alucinados y se ríen con la sonrisa un poco congelada. Carmen al rato se sienta y nos mira un poco confundida. ¿que hace mamá con estas señoras riéndose de nada? Yo me he reído pero para los niños es too much.

Esta mañana Jorge se fue a correos y todo resultó fácil. Llegó con el paquete, le ayudaron a cerrarlo, les dio los datos del envío, pagó un precio razonable y se marchó. Esta vez no tuvo que firmar con la huella dactilar (Perú), ni dividir el paquete en otros de máximo 2 kilos (Argentina).

Después del reventón de ruedas de Chiloé, nos quedamos sin ver pingüinos. Con la torcedura del pie de Yago, pensamos que de nuevo la excursión no sería posible para todos, pero gracias a las muletas nos decidimos. Hay dos pingüineras. Seno Otway está muy cerca, se accede por tierra en una hora, pero hay pocos animales. La isla Magdalena está en mitad del estrecho de Magallanes y se va en zodiac. Para asegurar decidimos ir por tierra. Se va por la tarde, que es cuando los pingüinos salen del mar y vuelven a sus nidos.

Hay que caminar alrededor de 1,5 km (que con muletas debe hacerse muy largo). Primero se va hacia la costa, y al llegar a la playa están la mayoría de los pingüinos.

Allí vimos grupos de pingüinos yendo de la playa a sus nidos.

Pinguinos

Y el resto del recorrido ves a los pingüinos en el campo metidos en sus madrigueras, que son unas pequeñas cavidades en la tierra, debajo de los arbustos.

Vimos hasta una especie de loros que vive en estas zonas frías.

Nos gustó tanto y vimos que Yago estaba en forma que decidimos ir al día siguiente a las pingüineras de Isla Magdalena.

 

Miércoles 31 de octubre

Hoy va a ser un día largo. Nos levantamos temprano porque antes de las 7 tenemos que estar en las oficinas de la agencia de viajes para ir a Isla Magdalena. Gracias al hotel, nos viene a buscar un taxi muy amable, José (que ya nos llevó ayer). En Ilaia hasta cuando pides un taxi llaman a alguien amable. Es estupendo como cuidan todos los detalles para que estés a gusto.

La isla Magdalena está en medio del estrecho de Magallanes. La excursión se cancela muchas veces por el mal tiempo. Así que yo estaba pensando donde nos íbamos a meter. Fuimos media hora en una furgoneta hasta un pequeño embarcadero. Allí estaban las lanchas, unas zodiac con capacidad para 20 personas y cubiertas por una estructura semirígida. Cruzamos hasta la isla en otra media hora.

El capitán era muy simpático y dejó a los niños llevar la lancha. El mar estaba anormalmente como un plato y no hacía apenas viento. Tuvimos mucha suerte. No quiero ni imaginar como es esto con viento y olas. En la isla no hay apenas vegetación, solo pingüinos, sus madrigueras y al final un faro.

Hay un camino marcado para que no los molestes o te metas  en su territorio. No se asustan de las personas pero tampoco se acercan, pasas muy cerca de los animales. Son muy graciosos. Están en la época de incubación de los huevos. Se turnan el macho y la hembra hasta que nace el polluelo. A pesar de que no hacía viento hacía mucho frío pero disfrutamos un montón.

Volvimos por otra isla y vimos lobos marinos y un montón de aves como cormoranes, esta vez desde la lancha.

A la vuelta nos paramos en el museo salesiano. Nos había hablado de él Ángel en Buenos Aires. Es un museo a la antigua con vitrinas con animales disecados, y muchas historias curiosas.

Aquí está Carmen al lado de una vértebra de ballena (pido disculpas porque no se podían hacer fotos, pero no me pude resistir).

Los salesianos llegaron a la Patagonia a finales del siglo XIX. Esta zona estaba habitada por tribus indígenas muy retrasadas. En un extracto del libro que Darwin escribió después de visitar esta zona, los describía casi como animales. Decía algo así como que seres tan abyectos parece mentira que pertenezcan a la especie humana. En la exposición mundial de París de 1899 llevaron a un grupo de una tribu y los expusieron dentro de una jaula. Un misionero salesiano fue allí y pudo hablar con ellos en su idioma e inició una serie de protestas y peticiones para que los devolvieran a su lugar de origen. Solo consiguieron volver con vida 3.

La segunda historia impactante es la de una pequeña canoa de corteza de árbol que está expuesta en el museo. Unos miembros de una tribu llegaron a Punta Arenas en ella para reclamar que les devolvieran a su hija que unos cazadores de lobos de mar se habían llevado, como un cachorro más. Por intercesión de los salesianos consiguieron localizar a la niña que fue devuelta a sus padres debidamente bautizada. Antes de regresar los indígenas vendieron su canoa a un habitante de Punta Arenas que luego la cedió al museo. Esto pasó en 1905.

Después de esto volvimos al hotel, recogimos nuestras cosas y nos fuimos hacia el aeropuerto. En Punta Arenas nos habían llamado a atención los árboles y alguien nos dijo que los más bonitos estaban en el cementerio. Antes de marcharnos pasamos por allí. Creo que es uno de los sitios más bonitos de toda la ciudad.

De aquí al aeropuerto y en 3 horitas en Santiago a 20 grados más.

Mónica

 

  6 Responses to “Punta Arenas, elijo sonreir”

  1. Creo que nosotros deberíamos de ir a pasar una larga temporada a ese hotel tan ideal, nos vendría muy bien elegir la sonrisa.

  2. Desde luego. Camen ha crecido.
    Besiños a todos y a seguir sonriendo

  3. COMO VEO LA REALIDAD SE IMPONE EN CUALQUIER PARTE Y YA PUEDES ESTAR EN EL FIN DEL MUNDO QUE LOS NIÑOS SON TODOS IGUALITOS.
    ESTOY CONTIGO, TB DEBE SER INSUPERABLE CONVIVIR 24 HORAS CON LOS PADRES RALLANDO LA CABEZA.
    DEJAROS FLUIR. Y BUEN ROLLITO. BSS.

  4. Despues de “two stars and a wish” demostráis nuevamente para nuestra tranquilidad que también tenéis momentos de bajón. Querida Monica, creo que este es un buen momento para transmitiros a todos que lo estáis haciendo fenomenal, yo desde luego os admiro muchísimo y estoy disfrutando mucho con vuestra aventura, gracias por compartirla con nosotros. Live-Love-Laugh. Un millón de besos

    • Belén tenemos momentos de bajón casi a diario!!!! pero os ahorramos los detalles.

  5. Sois normaaaaaaales!!!
    Yo estaba como loca. Un mes con tu tío y tus primos todo el tiempo y fuera de casa……me divorcio de todos ellos

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