Domingo 23 de septiembre de 2012
Lo que parecía que iba a ser un día aburrido resultó se más interesante de lo esperado.
Nos levantamos temprano, desayunamos y mientras los niños estudiaban yo preparé las maletas y Jorge se dedicaba a la organización de los próximos destinos. A las 11h30 fuimos a dar un paseo al pueblo. Era domingo y estaba todo muy animado. En el paseo de la playa había familias comiendo, gente bailando, en las pedaletas, autobuses que iban y venían y varios coches y furgonetas adornados con cintas de colores y flores.
Subimos por la calle principal hacia la plaza. Hay agencias de viajes, casas de cambio y restaurantes. Un poco más arriba empieza el ambiente local con puestos de artesanía, abarrotes (tiendas de comestibles) y puestos por la calle.
Cuando llegamos a la plaza vimos unos puestos de adornos para coches
La plaza estaba llena de coches con adornos. Nos contaron que cuando alguien se compra un coche lo adorna y lo lleva a la que los bendiga el “padresito”. Primero les ponen cintas de colores, pompones, ramos de flores, sombreros de papel, después le echan por encima arroz y pétalos de flores y por último los rocían con champán, whisky, cerveza, todo alrededor y en los tapacubos. Estuvimos viendo varios pero nos gustó especialmente el ritual de una furgoneta. Estaba toda la familia y eran muy simpáticos. Se habían vestido de domingo y estaban montando una buena fiesta.
Había de todo coches particulares, taxis, furgonetas y hasta camiones
Después de esto fuimos hasta la iglesia. Compramos unas velas y fuimos a la capilla de las velas, un sitio alucinante, incluso siniestro, pero especial donde se mezcla la religión y la superstición.
En un lateral de la iglesia está la entrada, hay unas mujeres muy mayores pidiendo en un pasillo en penumbra y ofreciendo ramitos de romero para rezar. Entras en una sala alargada con dos mesas llenas de velas. La capilla tiene las paredes negras del humo y con dibujos hechos en cera.
Después entramos en la catedral, con un retablo enorme y muy luminosa y hasta había un par de perros con sus dueños escuchando la música que sonaba.
A las 13h30 tomamos (aqui no se coge, eso quiere decir otra cosa) el bus a La Paz. A la media hora de camino nos dijeron que teníamos que bajarnos y pasar el estrecho de Tiquina en unas lanchas, el bus lo haría en una barcaza y nos encontraríamos en la otra orilla. Las barcas eran igual de seguras y modernas como otras de las que fuimos en el lago, pero con el agravante de que había olas.
En la otra orilla un fotografo nos hizo esta foto tan bonita por 10 soles(1€)
Como siempre las vistas son espectaculares y pasamos por pueblos muy animados. Pero es una pena ver un país con recursos y tanta pobreza. La llegada a La Paz es por una zona que se llama El Alto. Las casas son de ladrillo visto, sin terminar y se ve mucha pobreza. Después se ve la ciudad desde una colina. El sitio es precioso, la ciudad está en un valle rodeado de montañas, algunas nevadas, pero ahí se queda la belleza. No vamos a visitar la ciudad porque ya es tarde y mañana nos vamos temprano a Uyuni.
Esta es la vista desde nuestra habitación.
Lunes 24 de septiembre de 2012
A las 6h30 suena el teléfono para decirnos que debemos adelantar la salida del aeropuerto porque puede haber movilizaciones de los mineros. Con bastante frecuencia cierran los accesos a La Paz para protestar. Salimos hacia el aeropuerto y nos da pena no habernos quedado para ver la ciudad, está soleada, más animada.
El aeropuerto es pequeño y antiguo y nuestro vuelo está retrasado…
One Response to “Copacabana a La Paz”
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Estoy a la espera de que me conteste Angel. Si no lo hace en unos días escribo al secretario a ver si lo puede localizar.
Sigo vuestras andanzas. todo muy bello. Muy interesante la experiencia por lo que supone de contacto con personas y culturas. >Un abrazo de ,
Cotono