Sep 232012
 

Jueves 20 de septiembre 2012

Después de la llegada un poco accidentada a Copacabana, la mañana siguiente nos despertamos con la maravillosa vista del lago desde nuestra habitación.

Este día decidimos dedicarlo a quedarnos en el hotel descansar, poner al día el blog y los correos y los niños a estudiar. Nuestras habitaciones son muy bonitas y cada una tiene un motivo de decoración local. La de los niños se llama “cholitas” y está decorado con muñecas vestidas de la forma típica boliviana.

La habitación de Jorge y mía se llama “Cactus”

El hotel está muy bien y  Bolivia es muy barato. Las vistas son preciosas. Tenemos la playa y el lago delante. En la playa hay pedaletas y por supuesto los niños quieren ir. Cuando bajamos a la playa vemos el ambiente. La carretera es de tierra sin asfaltar, está bastante sucio, hay muchos perros vagabundos, gente mareando… Nos montamos en las pedaletas y José y Yago en un kayak. Están bastante descascarillados pero pasamos un rato divertido. Los niños salen empapados. Vamos a informarnos sobre los transportes para el día siguiente a la Isla del Sol. Cenamos en el hotel. La comida está buenísima y el servicio es estupendo.

 

Viernes 21 de septiembre de 2012

Nos levantamos temprano y vamos a la playa. De ahí salen los barcos a las islas. Hay una zona de embarcaderos que consisten en unas pequeñas pasarelas de maderos. Hay varias compañías y gente haciendo cola para subir. Tenemos que apurar porque el primero que llega elige sitio, y no queremos ir en la parte de arriba porque hace bastante frío.

Nos instalamos en la parte de abajo. Cuando zarpamos me doy cuenta del panorama. La lancha es de madera, de unos 10 metros. El “capitán” va en la parte de atrás que está descubierta. La parte de los asientos está cubierta, hay 6 filas de 4 asientos cada una y en la parte delantera hay un par de colchonetas donde se colocan como 8 personas. En la parte superior hay dos bancos enfrentados en los que viajan a pleno sol y frío como 16 personas. En total seremos cerca de 50 personas bastante apretadas. Pienso que la seguridad se les pasó, porque aquí vamos muchos, sin chalecos salvavidas, con un motor de 60 caballos, la temperatura del agua a 10 grados y me fijo que el capitán va conduciendo con un pie!!! Decido no preocuparme porque este trayecto lo hacen todos los días y hay cerca barcas que llevan más gente que la nuestra.

Tardamos 2 horas en llegar. El día está despejado, luce el sol y el paisaje es muy bonito. No se ve el final del lago. Llegamos por fin al norte de la Isla del Sol. En esta isla la leyenda cuenta que nació el prime inca, el llamado Manco Kapac. Llegamos a un puerto muy pintoresco y desde allí vamos a hacer un recorrido de una hora hasta el templo de sol.

Cruzamos el pueblecito y llegamos a una playa en forma de concha. La arena es fina y blanca y el agua cristalina. Hay tiendas de campaña de gente que se ha quedado allí a dormir, una chica muy valiente mojándose, unos cerdos paseándose por la orilla…Después de recorrer la playa empezamos una subida. A esta altura todo es muy cansado pero ya debemos de estar acostumbrándonos.  El paisaje es precioso.


 

Llegamos a la zona más importante de la isla. La roca que da nombre al lago, puma de piedra (titi caca). Los incas que veían formas en todas las piedras, montañas, lagos…en esta piedra ven la cabeza de un puma rugiendo… a ver si lo conseguís ver.

Al lado en la misma roca se puede ver al dios Viracocha.

Los incas son especialistas en encontrar formas en las rocas, a mi me cuesta… En realidad los incas no llamaban a este lago Titicaca, para ellos es el lago sagrado o Mama Cocha.

El tema esotérico está aquí muy presente. En esta roca tienes que poner las dos manos para recibir la energía, lo hicimos todos incluso Jorge. Me hubiese encantado pero ninguno notamos nada.

Un pequeño inciso. Lo mejor cuando vas a un sitio es ver que hace la gente e intentar copiar ciertas costumbres. En ese lago hace un sol abrasador y mucho frío, asi que Jorge no dudó en ponerse la visera con el gorro típico peruano.

Después fuimos a las ruinas del Templo del Sol. El guía nos reunió a todos. Jorge llegó con una botella de agua en la mano. El guía le pidió que se la bebiera y se la diese. Había unas piedras y debajo una surgencia de agua. Echó unas hierbas en el agua y después metió nuestra botella, la sacó llena de agua e hizo una bendición. Después nos fue dando a cada uno un chorrito de agua para que nos la pusiesemos en el cuello y nos purificásemos. Parece que el grupo no era muy escrupuloso

De ahí había la posibilidad de hacer un trekking de 3 horas hasta el sur de la isla, donde podías volver a coger el barco. Decidimos no hacerlo porque el sol pega fuerte hace frío y no hay vegetación para protegerte. Yago estaba empeñado en hacerlo pero pensamos que era de más. En el camino de vuelta se nos ocurrió que durante el viaje haremos trekkings que estén a nuestra altura y a la vuelta podríamos intentar hacer una parte del Camino de Santiago. La inspiración también nos vino porque en le barco conocimos a una americana que lo hizo.

De vuelta Carmen se puso de cháchara con unos burros.

Volvimos al puerto. Había un grupo de bolivianos vestidos de fiesta. Creo que venían de la Isla de la Luna de celebrar el solsticio de primavera (que en el hemisferio sur es hoy). Uno del grupo se subió a una barca y haciendo sonar un cuerno llamó al resto del grupo. Muy pintoresco.

Cogimos el barco hacia el sur de la isla. Allí nos paramos en otro pequeño desembarcadero y comimos en un restaurantito con unas vistas preciosas. La comida típica es sopa de quinoa y trucha con arroz y papas. La trucha estaba deliciosa.

Volvimos muy cansados al hotel, cenamos y nos acostamos prontito.

 

Sábado 22 de septiembre de 2012

Hoy de nuevo día de descanso y de estudio para los niños.

Teníamos pensado ir a comer al pueblo, pero dos parejas de colombianos que conocimos ayer nos dijeron que ni se nos ocurriera, ellos fueron ayer a cenar al mejor sitio del pueblo y no les había gustado, así que nos quedamos en el hotel hasta después de comer. Los niños quisieron ir a las pedaletas y allá nos fuimos. Después de un rato en la que íbamos Jorge, Carmen y yo se quedó como bloqueada. Yago y José fueron a avisar y vino a rescatarnos uno en kayak. Al final conseguimos volver pero Jorge juró que era la última vez que íbamos en una de estas!!!

Vimos la puesta de sol que cada día es más bonita, cena y a la cama que mañana nos vamos a La Paz.

Mónica

 

 

  4 Responses to “Copacabana y la Isla del Sol”

  1. Se os va a poner cara de sopa de quinoa. A ver si vais apuntando recetas y a la vuelta le hacéis la competencia a Antonio Amenedo y nos hacéis un festín de las comidas del mundo.

  2. Yo quiero la receta tambièn!, me encanta la quinoa pero no sè muy bien què hacer con ella….
    Menuda puesta de sol! , por cierto, no veo el puma por mucho que entorne los ojos o los abra como platos.
    Besos!

  3. Especialista en Caímos de Santiago, francés, ruta de la plata, el de la costa, tu tío Miguel Angel

  4. Je me réjouis de revoir cette si belle lumière si typique au niveau du lac Titicaca ! C’est superbe !
    Danièle

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